miércoles, 27 de abril de 2011

CLXIV eMe.


Te compro por tu fiabilidad y tu diseño. Tu motor a veces diesel, a veces gasolina hace que tu conducción sea realmente agradecida. Te elijo por tu tapizado precioso, por todos tus acabados minimalistas y detallados, por tu cantidad de accesorios, por tu cierre no centralizado e independiente, por tu mínimo consumo. Por todos tus suaves caballos y minotauros. Me fascina tu rendimiento en viajes largos, tu tracción a las cuatro ruedas, tu suspensión en los baches, tu agarre en las curvas. Arrancas fácilmente, difícilmente te calas, me encanta tu alegría en marchas cortas y tu dulzura en las largas. Tu increíble trasero dibuja un maletero sin fondo precioso, sano, leal, legal, único en el que cabe de todo. Tus luces halógenas alumbran todo mi camino. Tus parabrisas automáticos desgastan la lluvia y tornan días grises en soleados. Me encanta tu emisora, tu sonido en estéreo, todo tu hilo musical. Pero sobretodo; me quedo contigo por tu matrícula, me quedo con toda tu eme en mayúscula, con tus cuatro vocales y con tu erre perdida. Eres lo que yo buscaba, eres lo que yo deseaba, eres lo que yo quería.